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Un viaje desde la Estación de la Sabana
En "Diario de un BusMágico Encantado", el BusMágico gris, que evoca nostalgia y recuerdos, me llevó a la Estación de la Sabana, en el centro de Bogotá. Construida en 1913, esta estación fue el corazón del ferrocarril en Colombia, conectando la ciudad con los Andes y el Caribe. Hoy, aunque ya no operan trenes de pasajeros, el lugar guarda la memoria de miles de viajes. Esa tarde, el BusMágico transformó la estación: un tren antiguo, con vagones de madera y luces tenues, apareció en las vías. Subí a bordo, y el tren de los recuerdos me llevó a un viaje mágico a través del tiempo, donde los pasajeros revivieron momentos olvidados.
El tren cobra vida
Cuando el BusMágico gris detuvo el tiempo, la Estación de la Sabana se llenó de un brillo plateado. El tren, que parecía sacado de los años 1920, silbó y abrió sus puertas. Al subir, el interior era cálido, con asientos de terciopelo y lámparas de aceite. Cada pasajero fue invitado a cerrar los ojos y pensar en un recuerdo que quisiera revivir. Una anciana a mi lado susurró: "Quiero ver a mi hermano cuando éramos niños". De pronto, las ventanas del tren se convirtieron en portales: ella vio a su hermano corriendo en un campo, y lágrimas de felicidad rodaron por sus mejillas. El tren nos permitió a todos revivir momentos preciosos, como un abrazo de mi abuela que había olvidado.
Un viaje por la historia de Bogotá
El tren no solo mostró recuerdos personales, sino también la historia de Bogotá. A través de las ventanas, vimos la ciudad en 1913: campesinos cargando café, mujeres con sombrillas paseando por la Plaza de Bolívar, y el tranvía circulando por la Carrera Séptima. Luego, el tren avanzó al futuro: una Bogotá con trenes modernos, edificios sostenibles, y el mismo espíritu vibrante. Una voz en el vagón, que parecía venir del tren mismo, nos dijo: "Los recuerdos son el puente entre el pasado y el futuro. Nunca los dejen ir". Aprendí que la Estación de la Sabana no es solo un lugar físico, sino un símbolo de conexión y memoria en la ciudad.
Lecciones del tren de los recuerdos
Cuando el tren se detuvo, regresamos a la Estación de la Sabana, y el tiempo volvió a su curso. El BusMágico gris nos dejó con una lección: los recuerdos, tanto personales como colectivos, son un tesoro que da sentido a nuestra vida. La próxima vez que pases por la Estación de la Sabana, cierra los ojos y escucha: tal vez escuches el silbido de un tren mágico.
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