El vendedor de espejos: un viaje mágico donde el futuro se revela en movimiento
🕰️ Un día cualquiera... o tal vez no
Hay viajes que comienzan sin un destino claro, y otros, como el de aquel día en Bogotá, donde el destino te encuentra a ti. En "Diario de un BusMágico Encantado", el BusMágico rojo, que recorre las calles de la ciudad, siempre tiene espacio para un encuentro inesperado. Era una tarde cualquiera, o al menos eso pensaba, cuando subí a esa ruta mágica en la Avenida Caracas, cerca de la Estación Las Flores. No tenía rumbo, solo quería perderme en mis pensamientos mientras la llovizna empañaba las ventanas y la ciudad se desdibujaba.
🔮 El vendedor de espejos y su caja misteriosa
Pero entonces, en la mitad del trayecto, el vendedor de espejos apareció, ofreciendo visiones del alma y futuros posibles que cambiarían la forma en que vemos el mundo.
El vendedor ambulante no era como los demás que suelen subir al bus con golosinas, libros o pulseras. Llevaba una caja de madera antigua, tallada con símbolos extraños que parecían brillar bajo la luz tenue del BusMágico. Cuando la abrió, sacó pequeños espejos redondos con marcos oxidados, pero que reflejaban un brillo casi sobrenatural, como si guardaran secretos.
“No vendo cosas, muestro futuros”, dijo con una voz suave, casi como un eco que resonaba en el silencio del bus.
🌟 Reflejos de futuros posibles
Nadie se rió ni dudó; había algo en su presencia que hacía imposible ignorarlo. Uno a uno, los pasajeros se acercaron, curiosos, y aceptaron mirar su reflejo en esos espejos que no eran normales: mostraban escenas que aún no habían ocurrido, pero que sentíamos como reales.
Los espejos revelaron futuros posibles que dejaron a todos en silencio. Una mujer vio una librería con su nombre en la fachada, y sus ojos se llenaron de lágrimas de emoción. Un joven vio una bicicleta en un paisaje desconocido, con montañas que nunca había visitado, y sonrió como si ya estuviera pedaleando. Un anciano, con manos temblorosas, vio la sonrisa de un hijo con quien no hablaba hace años, y su rostro se iluminó de esperanza.
💫 Mi reflejo, mi verdad
Cuando el espejo llegó a mí, dudé. Mi corazón latía rápido, pero lo tomé. No vi una imagen clara, sino una sensación: era mi reflejo mirando al espejo, con lágrimas de certeza, no de miedo ni tristeza. Era como si, por fin, entendiera hacia dónde debía caminar. Sentí una paz profunda, como si el futuro me estuviera susurrando que todo estaría bien.
🌆 Un atardecer, una señal
🌙 ¿Qué te mostraría tu espejo del alma?
🔮 Invitación a la próxima entrada:
¿Y si no todos los rostros cuentan una historia visible?
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donde un acertijo entre sombras nos revelará un tesoro oculto.
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