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🏙️ La Calle del Embudo: Un Viaje a Través del Tiempo
✨ La Calle del Embudo al atardecer: un portal entre épocas, donde la historia cobra vida con cada farol encendido y cada mural que susurra leyendas.
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| Calle empedrada y murales vibrantes |
🚏 Una parada mágica en el corazón de Bogotá
En "Diario de un BusMágico Encantado", el BusMágico, con su resplandor fluorescente, nos dejó frente a la pileta del Chorro de Quevedo, en el corazón histórico de Bogotá, Colombia. Allí, donde el agua brota y palomas, perros y gatos comparten espacio con los indigentes, se respira una ironía viva. En 1832, el padre Quevedo adquirió este solar para facilitar el acceso al agua, evitando que los habitantes cargaran garrafas desde los cerros cercanos.
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| Calle Mágica al Anochecer |
El atardecer mágico y la transformación del Chorro
Sentado en la plazuela, la historia del Chorro parece olvidada. Observo los faroles coloniales en forma de calabaza que, al encenderse con luz naranja al caer la noche, crean un ambiente mágico. El sonido de un acordeonista, la brisa fría bajo la luna, las guitarras y la imponente casa colonial con su árbol majestuoso me transportaron a otra época. En los años ochenta, el Chorro era austero, con paredes blancas y una simple pila de piedra, pero hoy brilla con vida.
La Calle del Embudo: un viaje a través del tiempo
Con luz tenue, emerge la Calle del Embudo, la entrada al Chorro. Su cuesta empedrada, asimétrica y angosta (menos de un metro en un extremo, más de tres en el otro), es una de las calles más famosas de Bogotá, Colombia. Su encanto radica en su historia y en los bares que ofrecen chicha, cerveza y café, desde los humildes años cincuenta hasta la vibrante escena actual.
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| Calle Mágica al Anochecer |
De calles grises a lienzos vibrantes
En los años cincuenta, la Calle del Embudo era gris y sencilla, habitada por familias como la del zapatero Francisco Forero o los Gaitán. Hoy, cerca de veinte tiendas, incluidos café-bares como el Café del Chorro y el Café Casa Galería (con exposiciones de artistas emergentes), llenan el callejón de color. Las paredes, antes blancas y sucias, ahora exhiben quince murales de grafiteros como Nómada, con temas de fantasía, naturaleza e indigenismo.
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| Calle Mágica al Anochecer |
Murales, música y la esencia del callejónLos café-bares resuenan con rock y heavy metal, mientras el Café Casa Galería ofrece un oasis cultural. La convivencia en el Chorro es única, con artistas callejeros, músicos y amigos disfrutando de chicha, café o vino, todo bajo la pancarta que proclama: "¡El Chorro no es para el chorro!", reflejando la lucha por un uso respetuoso del espacio público.
La Puerta Real: un homenaje a la Bogotá clásicaAl final, en la hondonada de la antigua quebrada San Bruno, está La Puerta Real, un café-restaurante que fusiona el pasado colonial con murales de deidades indígenas y un guiño a la Bogotá de los años cuarenta. Su dueño ha creado un espacio para revivir la historia con pasión.
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Me gustó mucho este post, gracias por compartir tus conocimientos. No siempre puedo responder a todos los comentarios, pero valoro mucho tu contenido. ¡Sigue adelante!